Dramática exposición con imagenes de gran calidad, muy cercanas pero es, precisamente, esa cercanía la que impacta, la que acongoja, la que te aprieta el alma.
Mostrar a niños soldados, que como el mismo explica posan orgullosos, que muestran una vida perdida, supongo llena de huellas difíciles de borrar. Un África demasiado acostumbrados a ella, desgraciadamente.
Sin embargo, las fotos de la guerra en Yugoslavia mostraban, cierta posibilidad de futuro; niños jugando entre coches destrozados, y aunque se ve la muerte, la sensación que deja es de que lo ocurrido es un accidente, trágico y desgraciados, sin duda, pero accidente.
Personalmente no pude centrarme demasiado en la exposición; me afecto de una manera excesiva, con un nudo en la garganta constante, que no ayudaba a valorar la excelente calidad de las fotografías.
lunes, 18 de junio de 2012
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