martes, 3 de diciembre de 2013

POR QUÉ LAS TORRES DE MADRID ME PARECEN UN HORROR.

La diferencia entre Mordor y la Comarca


Es curioso que las torres se construyesen entre 2004 y 2009. 
Justo cuando nos creíamos, todavía, el ombligo del mundo, al menos en Madrid, que es donde vivo. La economía española y la madrileña iban estupendamente y esto iba a ser una máquina que no pararía de generar dinero, según ellos.


El brillo de las luces y el dinero que atraería esta economía nos llevaría al triunfo absoluto. Lo importante era mirar hacia arriba y, por tanto, olvidarnos de la gente, de la calle, de las personas que van a comprar el pan.



No tengo muy claro hasta que punto la población era consciente de adonde nos podía llevar este sistema basado en la especulación, en pensar a lo grande, en que cuanto más mejor. A lo mejor simplemente no nos dijeron todas las posibilidades.


Evidentemente todo esto apoyado por gobiernos capitalistas y creyendo en la marca, me da igual que se llame Madrid, España, Europa u Occidente. En la marca del triunfo.


En este caso, y en muchos otros como estamos cansadas de comprobar no nos dejaron ver el bosque y sólo nos mostraron la mejor situación; para ellos claro.


Y, desde hace un tiempo, vemos que la gente no importa, que cuanto más alto sea el edificio mejor es, y si hay que talar se tala. Árboles, derechos, gente,...



Pero, desgraciadamente, esto sólo nos lleva a que la ciudadanía, la gente de a pie, este desconectada de su realidad, a que nos hagan pensar que lo que es bueno para entes anónimos es mejor que lo que sea bueno para mí, para mi entorno, para mi vecino.  Y por eso se protegen ante nosotros, porque saben que podemos, y nos intentan encerrar en legislación, en nomenclatura, en patraña.


Desgraciadamente,  como tienen mucho poder, muchos mecanismos, demasiada estrategia, nos hacen creer que eso es lo mejor para todas y nos siguen llamando con cantos de sirena haciéndonos ver que el sistema funciona,  que su camino es el adecuado. Y seguimos el camino marcado, ya no de baldosas amarillas si no de  destrucción y de miseria que dejan por el camino.


Tristemente hasta que no nos toca personalmente no luchamos. El sistema lleva tiempo explotando al mundo, pero como se concentraba en Africa, una parte de América, Asía y una gran parte de la población del mundo rico( así que podríamos decir el 80 % de la población, aunque no lo olíamos), no queríamos verlo, protestábamos suavemente. Ahora nos toca más de cerca y a más gente. Ahora ya no podemos mirar hacia otro lado. Ahora si podemos ver que es lo que hay, porque es posible que ya nos esté tocando.

Y sólo espero que, en algún momento, el egoísmo, el individualismo mal entendido, el dinero manchado de sangre, el sistema insensible, la sociedad podrida pague, y sus símbolos, como estas torres, lloren las lagrimas derramadas por la gente invadida por su  crimen.









Vallecas siempre vanguardista

Foto sacada de un libro sobre Vallecas en los años 80